La música que enviamos al Cosmos

“A los hacedores de música de todos los mundos y de todos los tiempos”.

Mucho antes de que un par de taps nos permitieran compartir nuestra música favorita con el mundo, difundir música significaba tocarla o reproducirla para otras personas o transportarla en su medio físico de un lugar a otro. Esa era la única solución y era tan obvia que fue la que puso en marcha la NASA en 1977.


Sus dos expediciones Voyager, dedicadas entre otras cosas a la exploración de Júpiter y Saturno, llevaron en sus maleteros los famosos Golden Records, dos discos fonográficos (“vinilos”) compilados por el astrónomo Carl Sagan y su esposa, la autora Ann Druyan, que incluyen una selección de imágenes, datos y sonidos representativos de la civilización humana. ¿Su objetivo? Explicar la vida en la tierra a cualquier tipo de vida extraterrestre inteligente que pudiera toparse con la nave por el universo. Como declaraba el entonces presidente de EEUU Jimmy Carter:

“Este es un regalo de un mundo pequeño y distante, una muestra de nuestros sonidos, de nuestra ciencia, de nuestras imágenes, música, pensamientos y sentimientos. Tratamos de sobrevivir a nuestro tiempo para así lograr vivir hasta el vuestro”.


Hoy nos centramos en lo nuestro: la música. Además de sonidos de la naturaleza y saludos de paz y curiosidad cósmica grabados en varios idiomas, los Golden Records también incluían canciones: melodías tradicionales, composiciones clásicas y hasta rock and roll o electrónica de las que hemos seleccionado algunas de las más interesantes. Estas son 4 piezas musicales que enviamos al cosmos:


‘Izlel je Delyo Hagdutin’ de Valya Balkanska, presentando la voz humana como instrumento.

Interpretada por Valya Balkanska, 1968

La voz fue nuestro primer instrumento y por eso en el repertorio de los Discos Dorados no faltan ejemplos de música protagonizada por la expresividad vocal humana. Uno de ellos es ‘Izlel je Delyo Hagdutin’, una conmovedora canción folk búlgara interpretada por una de sus cantantes más prolíficas: Valya Balkanska. Su timbre punzante sobre un dron de gaita conjura esa mezcla de tristeza y desafío tan propia de las canciones folk revolucionarias.



‘Bach; Concierto de Brandenburgo nº 2 en Fa Mayor, I. Allegro’

Interpretada por la Munich Bach Orchestra dirigida por Karl Richter, 1967

La opulencia y la sofisticación de lo que hoy llamamos “música clásica” también está muy presente en los Discos.

Destacamos el segundo Concierto de Brandenburgo de J. S. Bach, el maestro del contrapunto y uno de los compositores más celebrados de la tradición occidental.

El segundo Concierto es una de las piezas más icónicas de Bach, del Barroco y de la historia y en los Golden Records representa el triunfo de la expresión musical colectiva.


‘Dark Was The Night, Cold Was The Ground’

Interpretada por Blind Willie Johnson, 1927


La herencia musical contemporánea de la Tierra no sería la misma sin esta música rústica espiritual surgida de uno de nuestros rincones más oscuros.

El blues también aparece en los Discos Dorados de la mano de Blind Willie Johnson y su ‘Dark Was The Night’ de 1927, un melancólico himno gospel sureño que, sin más recursos que sus murmullos y su guitarra slide al unísono, invoca a la perfección la celebración de la tristeza que es el blues.



‘Kepler’s Harmonices Mundi’

Interpretada por Laurie Spiegel, 1977

Poco se imaginaba en 1619 el astrónomo Johannes Kepler que Harmonices Mundi, su tratado sobre el movimiento de los cuerpos celestes que atribuía diversos sonidos y escalas musicales a los diferentes planetas, terminaría surcando literalmente el espacio.

Lo hizo gracias a la compositora y científica Laurie Spiegel, que en 1977 interpretó el tratado con sintetizadores y música electrónica primeriza.

Su trabajo terminó en la sección Sonidos de la Tierra de los Discos.

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