Música dance para la mente: Massive Attack

De alguna manera los 90 podrían pasar por los segundos 70 (al menos musicalmente) por su optimismo, por el dinero que corría por sus balances y por el ansia de experimentación de sus artistas que, como todo, dejó tanto pastiche como absoluto clásico.

De este segundo grupo nos centramos hoy en Massive Attack, la banda / colectivo de Bristol considerada la fuente del trip hop, ese mood sónico rico en ritmo, samples, vocales delicadas y atmósferas profundas que no nos gusta – nos fascina.

A finales de los 80 la influencia del hip hop, que cumplía su mayoría de edad, ya estaba muy presente en la mayoría de ciudades de Europa.

En Bristol, el ruido lo hacía The Wild Bunch, un colectivo soundsystem que elevaba la herencia jamaicana del hip hop con influencias electrónicas y soul bajo una ética punk.

Y tanto ruido hicieron que terminaron firmando un contrato discográfico. ¿La rúbrica?


Massive Attack

Su debut Blue Lines (1991) se considera el nacimiento del trip hop: ese hip hop lento, consciente y atmosférico que hoy damos por sentado.


La visión de sus miembros condujo ese collage musical por senderos dub y electrónicos (Protection, 1994), minimalistas (100th Window, 2003) y rock (Heligoland, 2010),

sin olvidarnos, por supuesto, del oscuro e industrial Mezzanine (1998), 

considerado el pico creativo de Massive Attack por el rico contraste musical entre sus temazos:

el peso abrasivo de Angel, el redoble ácido de Inertia Creeps, la delicadeza de Teardrop y la distorsión sinuosa de Dissolved Girl


Siempre es buen momento para repasar su catálogo de melodías y beats hipnóticos para validar el que, según su miembro fundador Daddy G, era el objetivo musical original de Massive Attack, crear:

Música dance, pero para la mente

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