Janis Joplin typewriter tapes

¿Os ha pasado alguna vez conocer tan bien una voz que, sin ver a su dueña, podéis notar que está hablando o cantando sonriendo?

Nos pasa con Janis Joplin en The Legendary Typewriter Tape, una grabación perdida durante décadas por el limbo de los bootlegs (publicaciones no oficiales) que a finales del año pasado, por fin, vio la luz de forma oficial.

En ella, una Janis de 21 años interpreta varios blues en una sesión en casa de Jorma Kaukonen (el que sería guitarrista de Jefferson Airplane), que la acompaña a la eléctrica mientras su esposa Margareta teclea una carta en una máquina de escribir.

De ahí el nombre: The Legendary Typewriter Tape: 6/25/64 Jorma’s House, es una cápsula del tiempo, una ventana abierta a esa escena de 1964, al contexto histórico de la música de San Francisco y al carácter y al talento de la que acabaría siendo la reina del blues psicodélico. 

Esto se grabó 3 años antes del Verano del Amor. Kaukonen todavía no formaba parte de la banda de Grace Slick y Janis no tocaba todavía con la Big Brother & The Holding Company. El encuentro entre ambos tuvo lugar con motivo del ensayo para un concierto benéfico y el guitarrista simplemente quiso grabar el momento.

Decimos ‘grabar’ y no ‘inmortalizar’ porque nada de lo que es icónico ahora lo era entonces – y eso es la magia.

The Typewriter Tape no es una sesión pulida y autocomplaciente, sino una ingenua grabación casera con fallos, risas, interrupciones y una calidad de sonido sorprendentemente buena para tratarse de una grabadora de bobina abierta de 1964. 

Igual es que ese blues no necesitaba más que una guitarra eléctrica y un chorro de voz joven, libre, sin corsés ni expectativas de nada. De ahí el punto de partida de este texto: teniendo en cuenta la tumultuosa lucha que mantuvo Janis Joplin con la aprobación y la depresión durante toda su carrera, The Typewriter Tape bien podría ser uno de los momentos más cándidos (y puede que felices) de la vida de la artista. 

Tracklist:

  • “Are We Taping Now?” (diálogo)

  • Trouble In Mind

  • Long Black Train

  • Kansas City Blues

  • Hesitation Blues

  • Nobody Knows You When You’re Down And Out

  • “How ‘Bout This?” (diálogo)

  • Daddy, Daddy, Daddy

‘Trouble in mind’

Conocida durante décadas como “el blues de la máquina de escribir”, la primera canción del disco, escrita en 1924, define el mood perfecto para el disco: el blues es la celebración del dolor de la misma manera que el concepto ‘saudade’ lo es de la añoranza.

No son lamentos que se murmuren o se escondan: son manifiestos que se cantan. Janis proyecta otro brillo a esos versos sobre angustia a base de descaro y esa pizca de rasgadura que empezaba a asomar por su increíble voz.

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‘Hesitation Blues’

Si ‘Trouble In Mind’ habla de desesperanza, ‘Hesitation Blues’ describe la indecisión que puede frenar el anhelo de conectar con alguien especial.

Este corte también pone en valor la interacción entre Kaukonen y Janis, un juego de registros en los que la guitarra eléctrica y la percusión (que es básicamente el zapato del guitarrista) están 100% al servicio de la voz, aportando ni más ni menos que el ritmo y el fraseo necesario para impulsar los versos sin pisar el espacio expresivo de la cantante.

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‘How ‘Bout This?’

Si las canciones son cápsulas del tiempo musical de 1964, los fragmentos de grabación ambiente y diálogo como ‘How ‘Bout This?’ nos permiten asomarnos por el ojo de la cerradura y disfrutar del relajado proceso creativo de ambos en primera persona.

Aquí Kaukonen presenta de forma juguetona a “Miss Janis Joplin”, no sin antes mostrarle una serie de acordes, el último de los cuales le lleva a tantear la melodía del hit de 1957 ‘Catch A Fallin’ Star’ de Perry Como.


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‘Daddy, Daddy, Daddy’

El segundo original de Joplin en el disco (y su cierre) demuestra que la joven Janis, además de saber canalizar y respetar la tradición del blues, tenía ya en su interior esos fogonazos sensibles que empezaban a insinuar sus luchas internas.

En ‘Daddy, Daddy, Daddy’, la cantante irrumpe en el discurso tradicionalmente masculino de reclamar el amor a toda costa con garra y chulería, que Kaukonen marida a la perfección con algunos de los licks de guitarra más canallas de la grabación.

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